Una de las principales propuestas de la CEJ para la supervivencia del bingo es que las Comunidades Autónomas uniformen su fiscalidad a la baja (32,3% de media en 2021). La patronal del bingo insiste en la necesidad de reducir la presión fiscal al 10% sobre win (ventas menos premios) para poder destinar un mínimo del 80% de las ventas a premios y así hacer más atractivo este juego en peligro de extinción. Pero esta demanda, solicitada en 2018 a las Administraciones Públicas, sigue cayendo en saco roto salvo contadas excepciones.
En septiembre de 2018, en la sede de la CEOE, la CEJ presentó el Informe Económico Fiscal elaborado por el catedrático Pont Clemente, especializado en Derecho Financiero y Tributario y profesor de la Universidad de Barcelona. En este informe se analizaba el periodo 2007/2016 y se alertaba de que en esa década las ventas del bingo habían decaído un 58,3% en euros constantes, además de más de un centenar de salas cerradas. Y que el riesgo de seguir así era el final de este subsector por inanición
Cartón Físico
Recientemente, la CEJ ha elaborado un estudio de la evolución de la fiscalidad en el bingo, también con inicio en 2007, que entonces tenía un tipo medio del 63,7% para el bingo de cartón físico y un 63,5% destinado a premios. “Desde entonces, la fiscalidad se ha ido reduciendo paulatinamente, pero no lo suficiente, y el alza en el porcentaje destinado a premios tampoco ha sido relevante”, declara el presidente de la patronal del bingo, Fernando Henar. “Nuestro objetivo, añade, sigue siendo obtener el 10%, pero en todas las Comunidades, no solo en unas cuantas, porque eso nos daría la necesaria estabilidad para mantenernos”. Según el informe, ya en 2013, por ejemplo, el ratio pasó a un 48,7% de tipo medio fiscal y un 64,8% de las ventas destinado a premios. En 2018, 36,6% por 67,9%, y en 2021, 32,3% de presión fiscal por un 69,2% a premios. “Nosotros pretendemos acelerar ese proceso porque el tiempo corre en contra, y poder alcanzar ese 10% de fiscalidad por 80% de ventas para premios es lo deseable cuanto antes”, opina Henar.
Pero hay más complicaciones. La CEJ destaca las dificultades propias de un sistema fiscal diferente en cada Autonomía. Este año, Cataluña y Galicia se mantienen con la presión más alta en cuanto al juego con cartón físico del 50%, seguidas de Baleares (48,3%), CLM (45,45%), Murcia (44,97%), Comunidad Valenciana (41,94%), Asturias (41,62%), La Rioja (35%) y Canarias (31,36%).
En cuanto a las Comunidades con menor fiscalidad al bingo destacan las Ciudades de Ceuta y Melilla, que ya están en el 10% deseable, y Andalucía, que ha rebajado cinco puntos la presión hasta un prometedor 15%. Luego, con el 20%, Madrid y Navarra, y con el 25% País Vasco, Extremadura y Castilla y León, y finalmente Aragón con el 28,78%. Y lo que es incomprensible es que, en un juego mutual como el Bingo, se penalicen de forma directa los premios, como es el caso de Murcia con el 6% de fiscalidad sobre el premio y el de Asturias con el 10%, lo que sin duda va en dirección contraria al objetivo de sostenibilidad del juego.
Otras Modalidades
El estudio de CEJ se completa con la fiscalidad del bingo electrónico de red (BeR) y el bingo electrónico de sala (BeS), con un tipo medio de 21,9% el primero por el 23,8% el segundo. En estas modalidades las distancias entre los tipos de las Comunidades Autónomas son más cortas. En el BeR, Cataluña, Galicia y Aragón están en el 30%, mientras que por abajo Asturias está en el 10% mientras que Murcia, Cantabria, La Rioja y CyL en el 15%.
El Bes, por su parte, solo está autorizado en nueve CCAA: Aragón (30%), País Vasco, Asturias, CyL, La Rioja y Extremadura (25%), Canarias (25/40%), Madrid (20%) y Cantabria (15%). “Son fiscalidades nada uniformes y muy dispares que se siguen arrastrando desde muchos años atrás, y que por diferentes motivos muy pocas CCAA muestran interés en ayudarnos de verdad. Pero a pesar de este panorama tan sombrío no nos vamos a rendir y vamos a continuar trabajando para impedir que el bingo desaparezca de España”, concluye Henar.